Mamá, soy un fenómeno, he perdido el debate

La noche del día 23, en la "televisora" local del Solar, se celebró un debate entre los tres primeros espadas de los partidos con mayor representación en la corporación.

Pero esta vez mi vestimenta y como consecuencia mi estética, mejoraba mi imagen habitual. Tonos azules para dar bien el la T.V. Me brillaban la cara y mi poderosa frente ¿Sería por el sudor? No creo ya que nosotros no sudamos.

Pero no te creas que perder el debate me ha costado lo mío. Como de costumbre el tono de mi voz ha sido ronco, mi frente siempre despejada, el ritmo pausado, el lenguaje didáctico y siempre engolado. No he necesitado papeles porque me cabe todo en la cabeza. Soy un fenómeno, "yo" y mis "palmeros" así lo creemos.

Pero donde me esmeré, "ad infinitum", fue en manifestar, con toda intensidad, una cualidad que adorna mi fuerte personalidad. Como bien sabes no es otra que mostrar desidia, hastío, apatía y desgana.

Pero esta vez he sublimado, ya que la calidad humana y política de los oponentes era tan inconsistente que me repateaba tener que dar réplica a argumentos tan simples, pueriles e indelebles. Te diré que estuve a un tris de levantarme y abandonar por falta de altura y calidad intelectual. Mi ego no podía soportarlo. Política, tienes nombre de mujer, me haces sufrir en demasía.

Pero mi estulticia se disparó cuando puse sobre la mesa el tema del "transfugismo", circunstancia que contribuyó, en gran medida, a conseguir lo que con tanta ansiedad perseguía que no era otra cosa que perder el debate.

Pero como sabes soy un fenómeno, he perdido el debate con solo ser yo mismo, me interpreto de maravilla.

Me despido con la esperanza de haber restado un montón de votos a mi candidatura.